La campaña de comuniones es de las pocas que preparamos al año con mucha antelación y donde queremos cuidar cada detalle al máximo.
En muchas ocasiones suele ser el último reportaje de fotos que se hace del niño junto con la familia.
Buscamos dar un aire fresco a la fotografía de comuniones convencional. Intentamos que cada reportaje de comunión sea único y diferente.
Tratamos de ofrecer algo más que un niño/a bonito/a mirando a cámara. Buscamos captar su esencia, que se vean en la foto al pasar los años y se sigan reconociendo con sus gestos, su mirada… Son recuerdos que marcan la diferencia ante lo convencional.
Por ello no estipulamos una duración de la sesión. Cada niño es único y cada uno requiere su tiempo para sacar su lado más íntimo. Eso se consigue cuando ellos se sienten cómodos y olvidan mi presencia, es cuando son ellos mismos y dejan de posar.